lunes, 30 de mayo de 2011

Revisitando clásicos: Scaramouche

Este fin de semana ya tenía yo película preparada para la sección (que ya iba tocando, puesto que no os daba la lata con mis antiguallas desde Semana Santa) cuando de repente el domingo por la tarde haciendo zapping me encuentro en La Sexta3 (que lleva camino de ser un apuntador excelente para esta sección) el final de Scaramouche, película que he visto innumerables sábados por la tarde de mi infancia y adolescencia y que, aunque sea un pelín ñoña, me encanta y creo que merece sin duda un huequecito en esta sección.
Y es que señores, Scaramouche es una película de aventuras y espadachines estupenda y un entretenimiento maravilloso y sin complicaciones para una tarde gris. Viene siendo un Piratas del Caribe de la época (tened en cuenta a la hora de valorar esta afirmación que esta película es de 1952), aunque Stewart Granger es bastante más sosete que Johnny Depp, porqué no decirlo.
En cuanto al argumento, explica la historia de André Moreau, un huérfano criado por una familia acomodada de Francia, cuyo origen se intuye noble y alrededor del cual se crean una serie de malentendidos, enredos e historias de venganza y amor que, como no podía ser de otra manera siendo una película de aventuras del Hollywood de la época, acabaran bien.  En resumen, el film se mueve alrededor de la venganza que André promete a su amigo Phillippe de Valmorin, cuando éste muere a manos del Marqués Noel de Maynes. Noel está también a punto de matar a André, pero este consigue huir y refugiarse en una compañía de teatro donde interpretará a Scaramouche, a la par que aprende esgrima para poder vengar a su amigo con la misma arma que acabó con su vida: la espada.
A parte de tener un argumento entretenido (repito, un poco ñoño, porque la historia de amor entre Vivien Leigh y Stewart Granger a ratos es demasiado empalagosa) creo que es destacable el colorido de las imágenes y la viveza de los colores del vestuario, que también pueden predisponer con buen ánimo al visionado de la película a aquellas personas que le tienen alergia al blanco y negro (mi señor hermano, sin ir más lejos)
Los actores también son memorables, desde Stewart Granger a Mel Ferrer, pasando por Janet Leigh y Eleanor Parker, que está impresionante en su papel de actriz de vodevil perdidamente enamorada del sinvergüenza Scaramouche. En este sentido debo decir que no me extraña, puesto que uno de mis mitos preadolescentes fue precisamente Stewart Granger, del que me enamoré perdidamente en esta película. Por aquella época también veneraba a Rock Hudson, así que podéis ver que siempre he sido un pelín rarita y de dónde me viene la vena clasicona.
Debo añadir, además, que viéndola de nuevo el domingo identifiqué otro MEME que debería haber puesto en mi lista: la pelea de espadas entre André Moreau y Noel de Meynes, que sin duda podría ser una de las mejores escenas de lucha/pelea del cine, aunque no sea a puñetazos.
Así pues, aunque sea una película más bien sencilla y de entretenimiento (que de eso se trata el cine, al fin y al cabo) creo que tiene muchas virtudes y que, por lo tanto, aquí tenéis una película para revisitar “a perpetuidad” ;P

1 comentario:

Daniel Bermeo dijo...

Me la apunto... No conocia el film... Saludos!