viernes, 25 de marzo de 2011

Descubrimientos inesperados: The Straight Story (Una historia verdadera)


Sí señor, recupero esta sección, largo tiempo abandonada, con esta película de David Lynch. Para ser sincera, nunca, jamás, pensé que una película de Lynch me gustaría y ahora voy a tener que admitir que, efectivamente, éste señor sabe hacerlo bien. Lo que no entiendo es porqué no lo hace más a menudo.

Alvin es un anciano de Iwoa que vive con su hija Rose (cuya historia también es digna de ser contada, por cierto) y que decide emprender un viaje épico para visitar a su hermano, con el que no habla desde el 7 de julio de 1988, después de saber que ha padecido un ataque al corazón. Tiene 73 años, apenas puede andar, ha perdido vista y tiene múltiples achaques. La cercanía de la muerte, tanto la de su hermano como la suya propia, le hace valorar lo que es realmente importante y decide ir, por sus propios medios, que son bastante limitados, a visitar a su hermano y a reconciliarse con él. Así pues, sale de su pueblo, con destino a Wisconsin, a bordo de nada menos que un cortacésped. En este viaje de peregrinaje con toques de penitencia, encuentra diferentes personas que quedan sorprendidas de su hazaña, que le ayudan y que aprenden de él lecciones importantes para sus vidas. Es impagable el diálogo que mantiene con la adolescente embarazada y la metáfora que utiliza para enseñarle el valor de la familia, valor que él mismo está dispuesto a recuperar.

También tiene algún toque “Lynch” como la historia de los ciervos suicidas, momento en que Alvin se encuentra en la carretera a una señora que cada semana atropella por lo menos a un ciervo y acaba él mismo comiendo ciervo asado rodeado de congéneres del susodicho. Pero si no es por esto, todo lo demás haría pensar en cualquier otro director excepto en él.

Todo ello acompañado por una música de lo más adecuada y unos paisajes y planos aéreos de prados interminables y carreteras sin fin, que crean una atmósfera impresionante para esta historia que, por sí sola, ya lo es, sobretodo porque pasó realmente.

Así pues aquí tenéis una historia tan verdadera como deliciosa, una belleza de principio a fin, que seguro disfrutaréis, si no lo habéis hecho ya.

4 comentarios:

ricard dijo...

Lynch, cuando se pone clásico, parece el mejor de los clásicos. Aunque a mi también me gusta cuando no entiendo nada de lo que cuenta.

Sandra Mantas dijo...

Lynch no solo lo hace bien tan a menudo como se pone a hacer algo, sino que su cine va más allá del arte cinematográfico como tal para abarcar otras disciplinas. "Una historia verdadera" es una película de ritmo clásico encantadora, pero Lynch ha hecho un montón de obras maestras como "Carretera perdida", "Mulholland Drive" o "Terciopelo Azul", en que reinventa el cine y le da un toque personal que nadie ha logrado emular, pese a varios intentos. Nadie como él puede filmar las pesadillas, lo onírico, los bajos instintos. Quizás deberías darte una segunda oportunidad. Un saludo.

Raquel dijo...

Gracias a los dos!
@David. La verdad es que me da palo darle una segunda oportunidad, porque no me gustó nada Carretera Perdida (me colé en un "Ni a tu peor enemigo" con ésta), aúnque también es verdad que era joven e inexperta y puede ser (sólo puede ser), que en este tiempo haya madurado y me sorprenda a mi misma descubriendo que Lynch no es tan malo. Y aunque juré cual Escarlata O'Hara que nunca más vería nada más de este señor, igual un día de estos me lo pienso y veo Mullholland Drive... ;)

Sandra Mantas dijo...

Ja,ja, yo creo que harías bien. Sabes que pasa Reichel, que para mí Lynch es lo más grande que ha dado el cine y claro, me cuesta entender que a la gente no le guste, aunque es obvio que a Lynch o lo amas o lo odias. Solo una cosa, si realmente algún día vuelves Mulholland Drive, déjate llevar. Y si no te gusta, es que estás en el bando de los que le odian. Un saludo.