lunes, 8 de noviembre de 2010

Sin Perdón

“Lo que uno merece no tiene nada que ver con esto”.

Tengo que confesarlo: no me gusta el Western. No me ha gustado nunca. Creo que se debe a que mi madre cada fin de semana me hacía tragar unas 2 o 3 películas de vaqueros e indios, y yo llegué a odiarlo con toda mi alma. He visto muchos westerns en mi vida, pero no recuerdo ninguno. Dejé de verlos con 14 o 15 años. Y no volví a hacerlo. Hasta hoy. Y lo he hecho con “Sin perdón”.
Me encanta Clint Eastwood. Morgan Freeman es, posiblemente, mi actor favorito. Está perfectamente dirigida. Sus actuaciones son geniales (en especial Freeman y Hackman) Y, sin embargo, por culpa de mis reservas hacia el género, no he podido disfrutar esta película. Me he aburrido. La historia no me ha parecido absolutamente nada del otro mundo. Se me ha hecho eterna. Las reflexiones que hace me parecen necesarias (la desmitificación de los héroes, el perfil sombrío del mito…), sin embargo los personajes en los que se encuentran no me han gustado en demasía. Me gustaría no decir lo que estoy diciendo, pero es así. Una de las que es calificada como de las mejores películas de la década pasada a mí me ha resultado insufrible.
Prometo intentar volver a verla algún día. Y prometo intentar curar mi westerfobia.

Puntuación 5,6
Nina


"Quien tuvo, retuvo"

Bueno, por fin puedo criticar una buena película, ya era hora... Aunque antes de verla, ya sabia que iba a ser buena, saliendo Clint Eastwood y Morgan Freeman, no me podia disgustar.
La verdad que a mi me ha gustado bastante, además de por los actores que me encantan como he dicho anteriormente, la historia no me ha parecido el típico Western de vaqueros, Indios y chicas guapas en el que al final el vaquero, después de matar a los indios se queda con la chica más guapa, no, este es diferente, mejor, primero porque no se centra en el bueno, si no en el malo, cosa que ya me gusta, y me gusta aún más que el malo se haya reconvertido y ahora solo sea malo por "necesidad"... 
La terna de "villanos" (por llamarlos de alguna manera) me parece espléndida, el ciego fantoche, el que no se atreve a matar y el que esta ya algo mayor pero sigue siendo Dios. Me encanta cada vez que tienen que ir a caballo y Munny acaba siempre por los suelos... 

El personaje de Little Bill me parece un cabrón, pero buenisimo y la escena final, en la que el tio más cabrón del Oeste se va a vengar, no por lo que le han echo a él, si no a su amigo es digna de mención 
Lo dicho, por fin una buena película que comentar.

Puntuación 7,5
Rudu

4 comentarios:

Javier Simpson dijo...

Lo bueno de esta peli de Clint Eastwood para mí es el cambio de roles morales donde los buenos (teoricamente) parecen malos y los malos parecen buenos. Los que cumplen la ley parecen unos mal nacidos y los asesinos sin piedad parecen obrar con cierta nobleza. Y otra cosa importante es que es un western de un clasicismo perfecto, pero con un toque spaguetti en momentos muy puntuales, como al final, que lo hace ser distinto. Esto mismo le ocurre a otra de sus pelis: El jinete pálido, sólo que en ésta el aspecto spaguetti es más evidente y está plasmado, incluso, con chulería. Buena entrada.

Rudu dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Javi, has dado en el clavo.

Un saludo!

Antoine Doinel dijo...

Lo que me gusta de esta peli son los roles secundarios, como el pistolero con deficiencias visuales, el biógrafo, y por supuesto Richard Harris.

ricard dijo...

Totalmente de acuerdo con vuestros comentarios.
No soy un fan del western, pero hay unos cuantos títulos que me fascinan, y éste es uno de ellos. Un homenaje al género que, paradójicamente, desmonta todos sus mitos. En la escena en la que disparan a los cowboys desde lo alto de una colina y Eastwood hiere mortalmente a uno de ellos, vemos a los pistoleros sentir tanta angustia como miedo sus víctimas; cuando muere Gene Hackman, se lamenta de no haber podido terminar su casa. Escenas como éstas sintetizan la trágica desesperación de los personajes, atados a una época y un lugar donde equívocos imperativos morales están por encima de cualquier ley, salvo la del más fuerte.