jueves, 7 de abril de 2011

La princesa Mononoke - Animación desde otro punto de vista

Ambición o Ecología… ¿Tú qué decides?

Después del buen sabor de boca que me dejó “Mi vecino Totoro” me he decantado por otra de Miyazaki para continuar con la Animación desde otro punto de vista. Es esta ocasión cambiamos de Espíritu del Bosque, y sustituimos al enorme y rechoncho Totoro por el Caminante nocturno, que si bien también es enorme, no es rechoncho…




Si por algo se caracteriza “La princesa Mononoke” es por ser un canto a la naturaleza. Su mensaje ecologista y de protección del planeta se palpa en cada segundo de la película, siendo imposible no reflexionar, al menos por un momento, en lo que le estamos haciendo al planeta. Y si bien el eje central es la naturaleza, ésta está íntimamente relacionada con la ambición humana. Una ambición capaz de cegar al ser humano hasta convertirlo en algo peor que un monstruo o una bestia, que le lleva a destrozar a la madre tierra o a destruir al Espíritu del bosque con tal de poder medrar.

¿Y cómo combina Miyazaki naturaleza y ambición en una sola película? La respuesta es simple: Narrándonos las aventuras del joven Ashitaka. Un joven, príncipe de una pequeña tribu, que resulta maldito tras el enfrentamiento con un demonio. En un intento de encontrar solución a la maldición emprende un viaje en busca de respuestas y de conocimiento, que le lleva a encontrarse con un mundo corrompido por la ambición perfectamente representado por “La cuidad del Hierro” que se enfrenta a la naturaleza, fieramente defendida por tribus animales y “La princesa Mononoke”.

Sublime película de aventuras que no se limita a peleas, huidas y saltos, sino que va mucho mas allá, transformándose en un film con personalidad y un claro mensaje, y casi diría yo, en una película épica, en la que la fantasía y la magia están tan presentes que pasan a ser personajes imprescindibles para la narración, igual que ese toque de romanticismo, tan sutil, tan leve, pero a la vez tan importante. Además es una película perfecta en cuanto a animación, con unos paisajes de una complejidad y una belleza increíbles acompañados de una banda sonora a la altura.

En conclusión: “La princesa Mononoke” es una película que hay que ver, porque es un film de aventuras, de amor, de respeto, de magia, de tradición, de enseñanza, de fidelidad…y de nostalgia ¿o es que el alce Yakul no os ha recordado al zorro Swift de “David el Gnomo”?

En fin, que a partir de ahora buscaré Kodamas cada vez que esté en medio de la naturaleza…

5 comentarios:

Javier Simpson dijo...

Rudu Si puedes pásate por mi blog y lee la entrada MEME! porque te he nombrado.

@ngel dijo...

Una obra maestra naturista ,saludos!

T-800 dijo...

La vi el otro dia y como no podía ser menos me encantó. Aunque eso sí, me sigue gustando más El Castillo Ambulante.
Pero los Kodama son lo mejor del film sin duda!!!

Monis dijo...

Tengo "El castillo Ambulante" en mi lista de pendientes, así que espero verla en breve, cuando la vea ya hare su post correspondiente así que no le pierdas la pista al blog XDD.

Yo tambien coincido en que los Kodamas son geniales y sobretodo el ruidito que hacian.
Gracias por el comentario!

Sergi dijo...

Monis, te estas reconvertiendo, de Disney al anime? si és que el royo japo mola!

saludos!