viernes, 21 de enero de 2011

Películas que ya deberías haber visto


"No, no digas nada yo hablaré. ¿Me has echado de menos? Porque yo a ti mucho. Eres un verdadero tirano, ¿sabes? Me cuesta estar mosqueada contigo... Pero ésta te la guardo, no te hagas ilusiones. Me gustaría hablar pasando del juego por una vez ¿Te gusta mi vestido? No estaba segura, se lo he birlado a mi hermana. Tenía otro rojo tipo bomba nuclear o algo así... debí ponerme ese, lo sé. He debido pasar más o menos 3 horas frente al espejo pero ha merecido la pena. Estoy guapa y espero gustarte, sino te meto un tortazo. Espera... por donde iba...
El problema es que si me dijeras 'me encantas' no podría creérmelo. Ya no sé cuando es un juego y cuando es verdad; estoy perdida. Espera, espera, no he terminado. Dime que me quieres, dímelo porque yo jamás me atrevería a decirtelo primero, me daria miedo que pensaras que es un juego. Sálvame, te lo suplico."


Soy una amante de la comedia romántica y he tenido la suerte de que se han hecho en los últimos diez años mis tres preferidas, y que, increíblemente (excepto una) no son bien bien comedias románticas. La primera, la comedia romántica definitiva, por un unir en ella tropocientas historias es (quien en este punto piense que es la asquerosa "Historias de San Valentín" debería abandonar el barco) "Love Actually". La segunda, la comendia romántica muy romántica pero con una historia de amor no correspondido, "500 días juntos", posiblemente la que más me gusta de las tres. Pero, hoy le dedico este post a la tercera (y, de paso, a Andreachicacocodrilo, que se lo debo y sé que esta película le encanta). ¿Por qué? Porque soy capaz.

Quiéreme si te atreves nos cuenta la historia de dos amigos de infancia con un juego en común, proponerse retos para demostrarse su valentía. Lo que de pequeños no son más que travesuras (de mejor o peor gusto) de mayores podríamos verlo como un juego de perturbados mentales, pero increíblemente adorables. La película juega a mostrarnos la dualidad de la valentía de los personajes, ya que se atreven a hacer cualquier tipo de reto esperpéntico que uno le mande al otro, pero, sin embargo, no son capaces de confesarse el amor que se tienen. La respuesta al porqué creo que todos lo sabemos. Ninguno de los juegos les pueden herir de verdad (a no ser que el juego sea herir al otro, que puede pasar...), sin embargo ambos saben que el amor sí. No quiero explicar mucho de la trama, porque sé que puedo cagarla, así que pasaré a hablar de la pareja protagonista.

Cotillard y Canet. No sé si sabéis que son marido y mujer, que están esperando un pequeño zagal y que se conocieron en esta película. Por si acaso os lo digo, para que os imaginéis la química que tienen aquí los señores en pantalla. Marion Cotillard es encantadora en cualquier cosa que haga, para que nos vamos a engañar. Guillarme Canet tiene ese punto travieso en la mirada que le viene que ni pintado al papel. Juntos forman una pareja entrañable, inolvidable, desquiciada, enamorada y, en último término, inseparable.

Muy recomendable.

¿Y tú, eres capaz o incapaz?

Capaz.

2 comentarios:

andrea martin dijo...

si me lo debías, si ;)

Mikel Nhao dijo...

Diarios de motocicleta es una que debería ser de visulización obligada