Después de mi semana sabática retomo el blog con una Express de una de esas películas que tanto me gustan, de esas que contienen acción, intriga, algún que otro golpe y sobretodo incertidumbre, mucha incertidumbre. La que hoy nos ocupa es “Sin identidad” estrenada no hace mucho en cines y que cuenta en su elenco de actores con Liam Neeson y Diane Kruger.
La trama nos lleva a Berlín, ciudad en la que el doctor Martín Harris (Neeson) se dispone a dar una conferencia sobre biología pero al poco de llegar a la ciudad el Harris sufre un accidente el cuál le mantiene en coma durante un periodo de tiempo más que razonable y le ocasiona una pérdida parcial de memoria. Al despertar, sin documentación, al haberla extraviado en el aeropuerto, se dispone a buscar a su mujer, cuando se encuentra que alguien ha suplantado su identidad y hasta su mujer dice no conocerle. A partir de entonces intentará averiguar qué es lo que está pasando y para ello contará con la ayuda de la taxista con la que tuvo el accidente.
Cogiendo el testigo que he dejado diciendo que me gustan las películas con incertidumbre, he de decir que esta lo contiene, y no solo porque se llame “Sin identidad” que ya de por si dice mucho, si no porque durante mucha parte del film estás dudando de si realmente es quién dice que es, si se lo ha inventado todo o si por alguna ciencia infusa le ha llegado toda la información del personaje que dice ser. Pero no solo de incertidumbre vive el hombre, así que la película también tiene acción, las típicas y tópicas persecuciones en coche o a pie, peleas …
Pero incluso en dos momentos puntuales me ha producido dos sensaciones que en este tipo de películas no me suelen provocar:
La primera es risa, y no porque sea tan mala que te la produzca, si no porque en una escena de la película en la que se encuentran los 2 protagonistas en la habitación de la chica se produce una situación cómica que la verdad que me ha hecho soltar una carcajada. Y la segunda es desasosiego, y la verdad que no es que sea una cosa que me produzca muy a menudo, ni que la escena en cuestión sea nada que nunca se haya hecho, pero no sé porqué el que el protagonista casi no llegue a coger unas tijeras me ha puesto en un estado de desasosiego bastante grande.
En definitiva, una película que no destaca por nada en especial pero que a mi juicio si merece la pena ser vista, sobre todo si os gustan de ese tipo, y que te hace pasar casi dos horas de una manera rápida y entretenida.
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